amazon.com/The-Man-High-Castle/dp/B00RSGFRY8
-Estreno: 20 de noviembre de 2015, Amazon.
-Drama, 60 minutos, 2 temporadas, 20 episodios.
-Renovada.
-Philip K Dick (1928-1982) es uno de los autores más conocidos e influyentes en el campo de la ciencia ficción, y esto es debido en buena parte a la gran cantidad de adaptaciones a la pantalla que se han hecho de sus relatos. 'Blade runner', 'Total recall' ('Desafío total'), 'Minority report', 'Paycheck', 'A scanner darkly' y otras están entre ellas. En esta ocasión, y con Ridley Scott entre los productores ejecutivos, la adaptada es 'El hombre en el castillo', una ucronía (o versión alternativa de la Historia) en la que los nazis ganaron la Segunda Guerra Mundial por el procedimiento de lanzar un "artefacto Heisenberg" (o sea, una bomba atómica) sobre Washington DC, y se repartieron los Estados Unidos junto a los japoneses, dejando una zona neutral en el medio, al estilo de lo que pasó en Alemania en la vida real. Estamos en 1962, Adolf Hitler tiene 73 años de edad, está enfermo de Parkinson, y por lo tanto se piensa ya en su sucesión. Lo más curioso de la trama es que alguien se ha dedicado a hacer una historia alternativa de su mundo, en la cual los aliados ganan la guerra y las potencias del Eje son derrotadas, es decir, lo que pasó en nuestra realidad. Estas ideas están recogidas en una serie de cortos de cine titulados 'The grasshopper lies heavy', creados o buscados (no está muy claro al principio) por un desconocido a quien se apoda como "El hombre del castillo", y que son distribuidos clandestinamente entre los descontentos. A través del tráfico de esos rollos de película vamos conociendo a los miembros de una resistencia contra los invasores (incluyendo, obviamente, a los judíos del país, que son perseguidos con la saña que se puede suponer), y también a los oficiales japonés y nazi (aunque este último norteamericano, no alemán) encargados de destruirla. Destaca aquí el mejor actor de la serie, Rufus Sewell, como un Obergruppenführer nazi llamado... John Smith.
Resulta también que ambos vencedores se vigilan con desconfianza, en una guerra fría llena de sospechas de un posible uso de armas nucleares el uno contra el otro, o sea, lo que ocurrió de verdad entre Estados Unidos y la Unión Soviética hasta 1989. Además, y especialmente familiar para los habitantes de aquellos países que tuvieron dictadores que murieron en la cama, puede resultar curioso ver cómo cuanto más tiempo se pasa bajo un yugo, más difícil resulta la resistencia: tras 15 años de Hiroito y Hitler, muchos parecen haberse acostumbrado y no quieren rollos de libertadores, sino vivir más o menos a gusto dentro de la jaula. Es una idea extremadamente ambiciosa, que nada más plantearse obliga a reducir rápidamente el alcance del proyecto. Lógicamente, no puede redecorarse un país entero e inventar 17 años de historia alternativa en la pantalla, aparte de unas cuantas esvásticas en Times Square y unas tartas de manzana para celebrar algo muy distinto al 4 de julio, así que hay que limitarse a contar la historia de unos pocos resistentes y de los enemigos que los persiguen, entre clases de aikido y personajes que hacen origami. Y ese quizá sea el principal problema de la serie, que al centrarse en una caza y captura de personajes menores, se olvidan durante mucho rato del interesante entramado político y social que tienen por encima y de todo el jugo que podría dar. Aunque hay alguna trama ambientada entre los personajes políticamente importantes, el resto de lo que ocurre no se diferencia mucho de multitud de otras historias sobre evasiones de la URSS, arrestos de la Gestapo y varias otras desgracias y heroísmos ya vistos en diversos relatos sobre nuestra línea temporal auténtica durante los últimos dos tercios del siglo XX. Resulta entretenida para los amantes del espionaje y la intriga política, pero a otros les puede parecer un tanto lánguida y anémica, un poco como la versión de 'Edelweiss' cantada con un frágil hilo de voz en los créditos iniciales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario