-Estreno: 21 de julio de 2017, Netflix.
-Drama, 1 temporada, 10 episodios.
-Renovada.
-Jason Bateman es conocido principalmente por ser uno de los protagonistas de la comedia de culto 'Arrested development', aunque puede que a alguien le suene su careto más de alguna que otra aventura cómica en la pantalla grande, como 'Horrible bosses' o 'Identity thief'. Aquí se va al extremo contrario, no solo protagonizando sino también produciendo y dirigiendo cuatro episodios en esta serie que hereda el principio básico de 'Weeds' o 'Breaking bad': una persona corriente que por circunstancias de la vida se ve metido en delitos relacionados con la droga y cada decisión que toma para intentar escapar ahonda el agujero aún más. En esta ocasión Marty Byrde (Bateman) no comienza como ciudadano más o menos modelo afectado por una tragedia, sino ya metido en aguas pantanosas en su labor de blanqueador de dinero para un cártel mexicano de Chicago. Un día, Marty sale de una situación delicada al inventarse sobre la marcha la idea de que la zona lacustre de los Ozarks de Missouri está llena de millonarios en busca de veranos playeros y vacía de criminales o de agentes de la ley que los busquen, y cuando el capo de turno, llamado nada menos que Camino del Río (Esaí Morales, uno de los clásicos actores hispanos de las últimas décadas) le toma la palabra, la bola de nieve comienza a rodar. 'Ozark' hace lo suficiente como para plantar en la mente del espectador la idea de que si te gustó 'Breaking bad', a lo mejor esta va del mismo palo, y si por un lado es cierto que hace lo suficiente para resultar distinta y no una mera copia, también lo es que la calidad resulta inferior. La serie tiene muchas cosas a su favor, entre ellas al propio Bateman en un papel serio, (aunque a menudo demasiado tranquilo para lo que se le está cociendo alrededor), y también a la siempre eficaz Laura Linney como su esposa, por no hablar del personaje de Ruth Langmore (Julia Garner), una niña-mujer a cargo de un local de strip-tease a los 19 años de edad, y procedente de una familia de "hillbillies" que amenazan con comerse a los protagonistas principales a menudo. Pero la cosa llega a enredarse tanto entre varias subtramas (un agente del FBI, un pastor protestante, un jefe mafioso local, etcétera) que el castillo de naipes a veces corre el riesgo de caer por su propio peso. Un elemento en contra es su falta de humor ('Breaking bad' o 'The wire' podían ser extremadamente graciosas, en la vena negra, obviamente, con mucha frecuencia), y ahí quizá se note la mano del "showrunner" Chris Mundy, que fracasó en la propia AMC con 'Low winter sun', que de tan oscuro y mentalmente torturado que quería ser parecía una parodia (y de hecho fue a su vez parodiada en 'The good wife', nada menos). A esto contribuye también una fotografía que elimina casi el color y lo hace todo azulado, la innecesaria duración de 60 minutos por episodio y lo poco desarrollado que están los famosos Ozarks como equivalente visual de la Baltimore "wiriana", quizá porque la serie se ha rodado en Georgia, no en Missouri, por motivos económicos. En suma, da el pego, pero solo hasta cierto punto, a no ser que por alguna razón, el tono usado sea exactamente de tu gusto.
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