miércoles, 14 de junio de 2017

Blood drive

syfy.com/blooddrive
-Estreno: 14 de junio de 2017, SyFy.
-Drama, 44 minutos, 1 temporada, 13 episodios.

-"Ambientada en el distópico futuro distante del año 1999, la serie tiene como personajes a un policía obligado a hacer pareja con Grace D'Argento (Christina Ochoa), una peligrosa "femme fatale" con agenda propia, mientras toman parte en una carrera mortal donde los coches funcionan con sangre humana". Cuando te presentan una serie así, no se puede decir que te la estén intentando colar, la verdad. 'Blood drive' pertenece al género llamado "grindhouse", una palabra con un historial demasiado largo como para detallar aquí, pero que básicamente acabó significando "violenta, sangrienta, sexualizada, de bajo presupuesto y primo carnal del gore", a menudo con el condimento añadido de coches, camiones o máquinas infernales, y de las que te podías ver tres o cuatro seguidas en un cine de barrio de sesión continua. Quentin Tarantino y Robert Rodríguez resucitaron el término en 2007 con sus películas 'Death proof' y 'Planet terror', estrenadas a la vez con el título conjunto de 'Grindhouse', y diez años más tarde SyFy, que no se corta ante nada, le da bolilla en esta serie. Como ya hemos dicho otras veces al comentar estrenos de SyFy, suelen tener ideas bastante buenas sobre el papel, algunas por su clasicismo de ciencia ficción de toda la vida y otras por su orgullosa búsqueda de divertirse un rato y nada más, pero siempre el problema es la falta de presupuesto. Todo parece hecho con la ropa que los extras se trajeron de casa y rodado en la misma nave industrial o zona semiárida. En este caso se supone que estamos en una Los Ángeles distópica y apocalíptica, pero luego todo ocurre en un estrecho callejón y una fábrica abandonada rodados en Sudáfrica para ocultar la falta de medios. Pero bueno, las estrecheces económicas al menos obligan a extremar el ingenio, y al enseñar las credenciales tan claramente desde el principio se acaban ganando el respeto del público o una cortés negativa rápida. En cuanto a la serie en sí, pues eso, trata de una carrera de autos locos en la que participan varias parejas de concursantes desesperados por lograr unos diez millones de dólares que alivien un poco la vida en un mundo muy estropeado donde la gasolina vale dos mil dólares el litro, así que se han inventado coches que funcionan con sangre humana, lo cual da lugar a escenas varias de raptos, hachazos, salpicones y litros de líquido esparcido por ahí. Nuestros protas son el poli que parece Ken el de la Barbie y la cañera Grace, con su rollito chungo de cuerpazo veinteañero, ombligo al aire y chupachups, pero quien al final acaba brillando más es el maestro de ceremonias Julian Slink (Colin Cunningham), con su mezcla de cabaret, heavy metal y steampunk, y su poder para decidir si el último clasificado de cada día merece ser repescado o convertido en combustible, dependiendo del espectáculo que haya dado al respetable. Ya podían hacer así en el Tour de Francia. A medida que van pasando las etapas, los competidores se irán encontrando de todo: caníbales, mutantes, asilos para lunáticos, animadoras de baloncesto... Un locurón, vaya. Dependiendo de la familiaridad de cada uno con este tipo de cine, se podrán encontrar ideas sacadas de 'Mad Max', Roger Corman, Dario Argento, Rob Zombie y varios otros, pero cada uno sabrá en meros minutos si esto es lo suyo o no. Lo único que tener en cuenta es que un género cuyos productos a menudo duran menos de hora y media, y con buen motivo, puede hacerse un tanto cansino a lo largo de 13 episodios de 44 minutos.

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