nbc.com/taken
-Estreno: 27 de febrero de 2017, NBC.
-Drama, 42 minutos.
-Si te gustó ver al norirlandés Liam Neeson matar y mutilar a malos malosos, maltratadores y secuestradores, en la trilogía 'Taken', ¿te gustaría ver a otro norirlandés, el que hace de Rollo en 'Vikingos', hacer lo mismo en plan precuela televisiva? Esto es básicamente a lo que se reduce esta serie, que se engancha a una saga de películas ya de por sí bastante reductiva, que se basaba casi únicamente en el machote rugoso de Neeson y en la producción de acción "eurotrash" de Luc Besson. En esta serie, al personaje de Bryan Mills, aún en la fase inicial de su carrera como operativo de campo todoterreno para la CIA, le matan a la hermana (en el futuro serán su esposa y su hija quienes sufran las iras de diversos esbirros) y en vez de operar mayormente solo está rodeado de un equipo que a veces le estorba en su cometido de matamalos porque hay reglas que seguir y blablabla y otras le ayuda con cacharritos de última tecnología (la primera peli era de 2008, pero esto, a pesar de ser una precuela en principio décadas anterior, está situada en la actualidad). Entre los componentes del equipo está Jennifer Beals, que nunca dejará de ser la chica de 'Flashdance', incluso entrada ya la cincuentena, y aquí destinada a ser jefa de gafas de persona seria y profesional. Y nada, que hoy en día la televisión, incluidas las cada vez más en declive "majors" en abierto, ha adquirido un poderío de producción tan potente que son capaces de marcarse secuencias de acción tan curradas como las de una película de una o dos décadas antes, así que quien venga a eso se verá satisfecho, y quien venga a algo más, pues seguramente no. Y eso incluye a las fans de Clive Standen, que aquí no van a encontrarle lucir ni greñas, ni barbas, ni tatuajes, ni musculitos. Lo que hacen unas pelambreras, una aguja y un par de litros de tinta, oiga.
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