-Estreno: 19 de febrero de 2016, Netflix.
-Dramedia, 30 minutos, 2 temporadas, 22 episodios.
-Renovada.
-San Valentín 2016 estilo Judd Apatow. Es de esas series cuyo planteamiento (treintañeros californianos en torpe busca del amor y del sentido de la vida) es tan adocenado que parece imposible poder contar algo nuevo al respecto, pero no por nada Apatow es uno de los nombres más respetados en la comedia romántica de tono independiente y agridulce. Los protagonistas son una productora de un consultorio psicológico en la radio y un tutor personal de actores infantiles (su caprichosa e irritante alumna de 12 años está interpretada por la propia hija del creador), que acaban de romper con sus respectivas parejas y todo apunta a que tras varias complicaciones argumentales, están destinados a acabar juntos. Sin embargo, los dos personajes están muy bien trabajados, y sus neuras e inseguridades van quedando bien claras y matizadas a medida que pasan los episodios: ella aún está en plan post-adolescente, dándole demasiado al alcohol y la marihuana, y como es mona y resultona se mete en relación tras relación sin mirar mucho lo que le conviene, mientras que él es gafotas, narigón, esmirriadín y demasiado buena gente como para levantarle la voz a nadie. Ella es autodestructiva a pesar de su éxito con los hombres y él se junta con los colegas para hacer el longuis componiendo temas centrales de coña para películas que no las tienen, como por ejemplo 'La tormenta perfecta'. No siempre todo lo que pasa en la serie queda bien trabado del todo, pero refleja con nitidez el hecho de que a veces el amor, que le da título, puede ser una cosa complicada, o al menos que los seres humanos la complicamos mucho con nuestros propios deseos y con nuestros fracasos en el resto de la vida. Y también con nuestros teléfonos móviles. Los episodios varían mucho en duración, de 29 a 40 minutos, resultado de la libertad creativa en Netflix, lo cual permite que si una escena te queda más larga, pues le das el tiempo que necesites sin ningún problema, porque total, luego te vas a enchufar el siguiente episodio de todas formas, así que qué más da lo del minutaje uniforme. Así, la propia serie acaba pareciendo tan elástica y sin forma como a veces lo son las relaciones humanas. En suma, comedia simpática, urbana, sin risas grandes, aunque con sus momentos, con personajes de buena química juntos, que a ratos apetece más estrangular que otra cosa, hasta que a veces pasan por alguna situación que se parece a algo que te ha pasado a ti, y entonces ya lo ves de otra forma.
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