viernes, 30 de mayo de 2014

Crossbones


nbc.com/crossbones
-Estreno: 30 de mayo de 2014, NBC.
-Drama, 50 minutos, 1 temporada, 10 episodios.
-No renovada.

-Esta era la segunda serie sobre piratas estrenada en la misma temporada, tras 'Black sails', y es notable el ver que las dos no solo tropezaron con los mismos problemas, sino que intentaron darles soluciones muy similares, a veces con detalles casi idénticos, como el de un personaje concreto que salva el pellejo a base de memorizar un importante documento escrito que luego destruye, convirtiéndose así en la última posibilidad de recuperarlo. El principal problema de los que se mencionaban antes es el del presupuesto: no se pueden rodar secuencias espectaculares para cada episodio durante diez o más horas de metraje total, así que se sustituye la acción física por un duelo mental, convirtiendo la trama en una mortífera partida de ajedrez donde las cosas se resuelven a base de planes enrevesados, traiciones, venenos, torturas, búsquedas de objetos más o menos importantes, una cuchillada o dos, y otros recursos baratos de rodar. Otro problema es qué contar durante todas esas horas: en una película hay una misión concreta, o dos a lo sumo, y ya está, pero en una teleserie, aunque haya un objetivo final (un barco español en 'Black sails', la captura y/o muerte de un detestado pirata en 'Crossbones'), hay que estirar un tanto el chicle, sin que parezca que es eso lo que estás haciendo.

En este caso, lejos de los múltiples jugadores de 'Black sails', la partida de ajedrez es entre dos personajes principalmente: el pirata Blackbeard (Barbanegra), interpretado por John Malkovich, y el espía inglés Tom Lowe (Richard Coyle), con todos los demás usados como peones suyos. Lowe tiene la misión de matar a Blackbeard, pero salvando su propia piel en el intento, a ser posible, así que la historia se convierte en una especie de baile entre los dos, donde Blackbeard a veces se entretiene en actuar como el gato que juega con un ratón que le divierte por haberse revelado como particularmente astuto. John Malkovich, que a pesar de ser "Barbanegra" lleva perilla canosa y va vestido de blanco cual Julio Iglesias por las playas de Miami, es sin duda el ancla principal del proyecto y cuando está en pantalla devora con su acostumbrada fruición el sabroso diálogo típico de villano amenazante, escrito en frases de a cuarenta palabras cuando bastarían diez. Y si parte de ello hay que decirlo con la cabeza cubierta de agujas de acupuntura, ya que sufre de alucinaciones (porque ¿por qué no?), pues se hace. El resto del tiempo son continuas vueltas de tuerca y pequeñas sub-misiones, algunas de las cuales cambian de rumbo varias veces por episodio, como por ejemplo en el piloto, donde un personaje es trabajosamente envenenado, solo para decidirse segundos más tarde que hay que salvarlo vía antídoto, porque se acaba de ver a un español de nombre Alonso de Alvarado hablando con un pirata en la playa por la noche y eso, al parecer, cambia radicalmente todos los planes.

También hay un cierto intento de reflexión sobre la naturaleza del poder y de las ansias de libertad del ser humano, que suele verse de vez en cuando en las películas de piratas: ¿se los debe considerar rebeldes que luchan contra un yugo absolutista o simples delincuentes más o menos organizados, y más crueles que las naciones a las que atacan? Usted mismo. La serie tardó dos años desde que fue encargada hasta su estreno, habiendo sido pospuesta desde el planeado lanzamiento invernal a comenzar a emitirse casi en junio, con lo cual pasó automáticamente de ser considerada como un acontecimiento de prestigio a intentar colocarse como producto veraniego agarrado a los faldones de éxitos del pasado como 'Piratas del Caribe', cosa que no consiguió.

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