-Estreno: 30 de junio de 2013, Showtime
-Drama, 55 minutos, 4 temporadas, 48 episodios.
-Renovada.
-Ray Donovan es un bostoniano trasplantado a California, donde se dedica a ser arreglador de escándalos protagonizados por actores hollywoodienses y deportistas profesionales. ¿Te entran a robar en casa? Ray se ocupa. ¿Te aparece una tía muerta en la cama? Ray se ocupa. ¿Eres el actor más machote del momento y te graban chupándosela a un travesti? Ray se ocupa. Encarnado por Liev Schreiber, Ray Donovan va de negro, habla poco y siempre da una oportunidad antes de romper brazos o sacar el bate de béisbol a pasear, e incluso intenta que el escándalo evitado termine bien tanto para quien lo sufre como para quien lo provoca, si es posible. Un hooligan con su corazoncito, vamos. Sin embargo, por la ley de la Paradoja Profesional, Ray puede arreglarlo todo excepto a sí mismo y a su propia familia. Su padre acaba de salir del trullo tras 20 años enchiquerado. Un hermano, exboxeador y ahora entrenador, está con Parkinson. Otro, alcohólico, está recayendo. Otra hermana se suicidó en el pasado. La esposa de Ray sospecha que él le pone los cuernos, y entre medias de todo esto, tienen dos hijos, chico y chica, en plena edad del pavo y en plena California adinerada. Ray, pues, tiene motivos para estar muy estresado bajo su ademán de Clinísbud. La serie la llevaba Anne Biderman, salida de la cantera de 'NYPD Blue' ('Policías de Nueva York'), y que acababa de dar el réquiem a una de las mejores series policiacas de los últimos años, 'Southland'. Algún que otro elemento de las tramas es un poco demasiado manido, como por ejemplo los católicos de origen irlandés sufriendo abusos de curas y el peso del pecado original, o el famoseo hollywoodiense compuesto de clones de Britney Spears, negros con mucha pasta y demasiado ghetto en la sangre o guapetes drogados e hipersexualizados. Sin embargo, las tensiones que provoca la reaparición del patriarca (Jon Voight nada menos, que tiene más peligro en la mirada que muchos otros con un fusil) hacen que uno siga los movimientos de los Donovan del clan Donovan con una inquietante sensación de que está a punto de pasar algo gordo en cualquier momento. Y es que a medida que va pasando la serie, el pasado de la familia irá cobrando una importancia decisiva.
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