Da Vinci's demons

http://www.starz.com/originals/davincisdemons
-Estreno: 12 de abril de 2013, Starz
-Drama, 49 minutos, 3 temporadas, 28 episodios.
-Terminada.

-Cuenta Arturo Pérez-Reverte que antes de que Agustín Díaz Yanes se hiciera cargo de la película 'Alatriste', los productores intentaron aumentar el tirón internacional encargando el guion a un par de profesionales estadounidenses de apellido judío. Pérez-Reverte se los llevó por El Escorial, el Madrid de los Austrias, el Museo del Prado, etc, para empaparlos de España aureosecular. El resultado fue un guion en el que el plebeyo Íñigo Balboa y la noble Angélica de Alquézar de pequeños eran amigos y compañeros de juegos, y de mayor, Angélica, que era una trepa, llegaba a reina, y el chaval se cabreaba porque ella ya no le llamaba ni le escribía. Y además, el centro de la peli era una conspiración antijudeomasónica donde la Inquisición intentaba desarrollar un gas letal para matar herejes y paganos, y cosas así. Dicho guion acabó donde corresponde, en la papelera, pero traigo todo esto a cuento para que se vea que el rollo raro que a veces se traen los norteamericanos con la Historia (real) de Europa ocurre más a menudo de lo que pueda parecer (los tres mosqueteros, por ejemplo, son sufridos testigos presenciales). Les debe de parecer que el Viejo Continente es como la Atlántida, o el País de Nunca Jamás, o el planeta Dagobah, o Metrópolis, que es todo optativo y reimaginable, y que te lo puedes inventar como tú quieras cuando quieras.

Bien, pues esto es mayormente lo que pasa con esta serie, donde Leonardo Da Vinci no aparece como un paisano calvo, anciano, de venerable y luenga barba, sino como un mocetón veinteañero con peinado despeinado de diseño, pecholobo depilado y que lo mismo te inventa un cañón de repetición para guerrear contra el papa, que te resuelve un enigma histórico-libresco de concurso televisivo, que se cepilla a la amante de su protector el capo de los Medici. A cambio de tener ideas geniales sin parar, tiene un tic nervioso en los dedos de puro que le bullen las ideas, y por si fuera poco, es diestro espadachín. Las tramas son una ensalada de motivos tópicos de novela danbrowniana mezclada con fiesta de disfraces hollywoodiense, con sociedades secretas judías, sudokus en hebreo que resolver en tiempo récord y carnavales de Venecia en plena Florencia, ciudad que aparece presentada como un oasis de librepensadores enfrentado cual aldea irreductible a la oscurantista, tirana y corrupta Roma. Para ser justos, David S Goyer, el guionista de esta serie, fue también coguionista de las últimas 'Batman', pero las reinvenciones a la remanguillé que pueden funcionar en un género ya acostumbrado a ellos, como el de los superhéroes, no se aplican bien siempre a la ficción histórica, porque siempre habrá una parte del público que no pasa por que unos guiris se te tomen las cosas a pitorreo. Si te olvidas y pasas de todo este tema te queda una serie de aventurillas apañada, con sus duelos, sus explosiones y su pibón enseñando cacho (no por nada se estrenó justo al acabar 'Spartacus'), a la vez que cierto intríngulis en las tramas (y eso más por la sobreabundancia de cosas que pasan que porque tengan auténtico calado), pero resulta un tanto hamburguésica: a las dos horas, tienes hambre de algo bueno de verdad.