-Estreno: 30 de marzo de 2013, BBC America
-Drama, 43 minutos, 4 temporadas, 40 episodios.
-Quinta temporada en abril de 2017.
-Esta es una de esas series donde saber demasiado antes
de empezar a verla puede estropear su disfrute, dependiendo de qué política
siga cada televidente respecto a los spoilers, así que para los minimalistas
diremos solamente que es un thriller de intriga donde una joven con problemas
económicos se encuentra con la oportunidad de hacerse pasar por otra persona,
decisión que obviamente le causará más problemas (e inimaginablemente más
gordos) de los que ya tenía. Quien quiera saber algo más puede seguir leyendo
este párrafo, y a quien esto le baste puede saltar directamente al siguiente.
El gran secreto de la trama, que no se confirma hasta el tercer episodio
(aunque se puede adivinar antes), es que la protagonista es solo una más de una
serie de clones idénticos a ella, producto de quién sabe qué conspiración científica
a nivel internacional. Y lógicamente, nadie esparce clones por ahí para dejarlos
sueltos a su bola, así que las pobres muchachas se ven envueltas en secretos y peligros por doquier.
La actuación de la actriz principal, la canadiense Tatiana Maslany, obligada a
cambiar de personalidad con cada clon a quien encarna, es afortunadamente lo
mejor de la serie, ya que sin alguien solvente en medio de todo este lío, el
castillo de naipes se vendría abajo.
Cuando se estrenó la segunda temporada de ‘24’ leí una
frase que creo que definía a dicha serie bastante bien: “mola más de lo que
debería” (ya digo que se trataba aún de la segunda temporada). Era una serie
con una idea central atrapante (todo eso de los 24 episodios en 24 horas, amenazas
mortales en tiempo real, pantallas múltiples, relojes que avanzan implacables y
tal y cual), pero su gran cantidad de agujeros de lógica a medida que avanzaba requerían
una suspensión de incredulidad tan grande por parte del espectador que al final
solo se podía disfrutar si aceptabas tomártela como un espectáculo de
ilusionismo o juegos malabares. Eso, añadido a lo serio que se lo tomaban todo en
el guion, a unas gotas de actualidad política en el tema relativo a las torturas
de sospechosos y al ceño permanentemente fruncido de Jack Bauer (Kiefer
Sutherland), lograron que el truco colara durante ocho temporadas y una
película, e incluso seguramente la serie vuelva pronto a pantallas grandes y
pequeñas. Bien, pues algo así ocurre con ‘Orphan black’: la idea central es teóricamente
molona, proporciona una gran oportunidad para que la actriz principal se luzca
en diversos registros interpretativos, y si se le encuentra el punto se
disfruta “más de lo que se debería” a pesar de que cada vez te intenta colar
bolas más gordas e implausibles.
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