-Estreno: 7 de enero de 2013
-Drama, 42 minutos, 1 temporada, 11 episodios.
-No renovada.
-No renovada.
-La rubia y la negra eran amigas del colegio, a pesar de
que la negra era la hija del cuidador de la mansión y la rubia era la hija del
dueño. Década y media después, la negra es policía en San Francisco, y la
rubia, heredera descocada de su adinerada familia, aparece muerta de
sobredosis. Y a pesar de que el cadáver aparece en Nueva York, el NYPD se
empeña en traerse a la negra desde la otra punta del país para que investigue el
caso de incógnito, aprovechando que conoce a varios de los familiares de la
rubia. De hecho, a alguno de ellos -en concreto a uno de los hermanos de la
finada- lo conoce bastante bien, ya que tuvieron un rollete. También tuvo otro,
por cierto, con el poli de Nueva York que se empeña en traérsela desde San
Francisco. Una vez invitada a quedarse en la mansión de los Bowers tras el
funeral de la rubia, se irá viendo que el asunto, y la familia entera, tiene
más capas que el ogro de ‘Shrek’, con continuos líos de drogas, alcohol, paparazzi,
secretos familiares, cadáveres adicionales, chanchullos empresariales (su
fortuna proviene de una compañía farmacéutica) y todas las complicaciones y engaños
(de ahí el título) imaginables. Siguiendo la estela de “placeres culpables”
como ‘Revenge’, estrenada en la ABC la temporada anterior, la NBC daba con esta
serie otra vuelta de tuerca en su intento por recuperar audiencia aunque fuera bajando en calidad. Si lo que funciona son dramones escandalosos y retorcidos en nombre de un ideal con letra mayúscula (Venganza, Justicia),
pues es lo que se ofrece. Y todos tan contentos, ya que se da lo que se
promete... hasta que la gente pasa del tema.
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