http://www.amctv.com/shows/the-killing
-Estreno: 3 de abril de 2011, AMC
-Drama, 45 minutos, 4 temporadas, 44 episodios.
-Terminada.
-Es una adaptación de una serie danesa, ‘Forbrydelsen’, que solamente unos cuantos iniciados conocían, y justo cuando se estaba rodando la versión americana, la BBC4 la emitió en el Reino Unido, lo cual provocó que existiera ya una copia con subtítulos en inglés que empezó a circular por internet. Esto hizo que mucha gente más pudiera ver la serie original antes que la adaptada, y no es lo mismo encontrarse una joya de anticuario en el mercadillo que una copia nueva y reluciente del mismo objeto. Con el gran auge en los últimos años de las novelas escandinavas de crímenes, era el momento perfecto para meterse en una Copenhague invernal a seguir a una detective que siempre lleva jerséis de lana feroeses mientras el caso se va liando y toma tintes raciales y políticos. Pero por alguna razón, eso mismo trasplantado a Seattle no acabó de funcionar. La serie trata de una adolescente muerta y de cómo vamos a tardar un par de temporadas enteras en resolver el caso. El sello de calidad de la cadena AMC (emisora de ‘Mad men’, ‘Breaking bad’, ‘The walking dead’ y ‘Rubicon’ hasta entonces) estaba ahí, en las interpretaciones y el diseño de producción, pero acabó siendo más larga que la versión original (la danesa tiene 20 episodios), y algunas vueltas y revueltas de los casos tienen demasiada pinta de claras trampas para poder cambiar de sospechoso, desestimar pruebas y dar giros de tuerca cuando se quisiera, sobre todo en la primera temporada. A cambio, la atmósfera lluviosa de Seattle y su tono de urbe en crisis económica le dan un aire un tanto lúgubre y serioso que tiene su punto a ratos. Aunque mire usted, por muy acostumbrada que esté la gente a la lluvia, quedarse hablando mientras te jarrea encima en vez de meterte en el coche es un poco de idiotas. Queda muy melancólico, muy norteño, muy post-industrial, muy fin-de-siglo y muy rollo ‘Seven’, pero la gente no es tan boba.
Y llegamos a la parte polémica, que es el final. Desde antes del estreno, AMC se había preocupado en anunciar que el final de su versión iba a ser diferente del de la danesa, para que quienes ya hubieran visto la original tuvieran un motivo para ver la norteamericana. Pero llegado el momento, ese final de la primera temporada, que ciertamente es diferente, fue un tipo de diferente que provocó grandes críticas. Y hasta ahí se puede contar. A pesar de todo, siempre se recomienda que uno vea las cosas por sí mismo, para hacerse sus propias opiniones.
Tras acabar el caso "danés" casi todos los rumores eran de que la serie se cancelaría ahí, pero se decidió darle una nueva oportunidad en una tercera temporada con un caso completamente nuevo y original, otra vez basado en desapariciones y asesinatos de chicas adolescentes. Las críticas mejoraron, aunque solamente fuera porque ya no había con qué compararla, pero aparte de las actuaciones de Joel Kinnaman y de la invitada Bex Taylor-Klaus, tampoco fue la cosa para tanto. Y cuando ya parecía que la serie estaba muerta y enterrada, llegó Netflix en 2013 anunciando un último epílogo de 6 episodios que por fin le dio un final digno a una serie que se resistía a estirar la pata.
-Terminada.
-Es una adaptación de una serie danesa, ‘Forbrydelsen’, que solamente unos cuantos iniciados conocían, y justo cuando se estaba rodando la versión americana, la BBC4 la emitió en el Reino Unido, lo cual provocó que existiera ya una copia con subtítulos en inglés que empezó a circular por internet. Esto hizo que mucha gente más pudiera ver la serie original antes que la adaptada, y no es lo mismo encontrarse una joya de anticuario en el mercadillo que una copia nueva y reluciente del mismo objeto. Con el gran auge en los últimos años de las novelas escandinavas de crímenes, era el momento perfecto para meterse en una Copenhague invernal a seguir a una detective que siempre lleva jerséis de lana feroeses mientras el caso se va liando y toma tintes raciales y políticos. Pero por alguna razón, eso mismo trasplantado a Seattle no acabó de funcionar. La serie trata de una adolescente muerta y de cómo vamos a tardar un par de temporadas enteras en resolver el caso. El sello de calidad de la cadena AMC (emisora de ‘Mad men’, ‘Breaking bad’, ‘The walking dead’ y ‘Rubicon’ hasta entonces) estaba ahí, en las interpretaciones y el diseño de producción, pero acabó siendo más larga que la versión original (la danesa tiene 20 episodios), y algunas vueltas y revueltas de los casos tienen demasiada pinta de claras trampas para poder cambiar de sospechoso, desestimar pruebas y dar giros de tuerca cuando se quisiera, sobre todo en la primera temporada. A cambio, la atmósfera lluviosa de Seattle y su tono de urbe en crisis económica le dan un aire un tanto lúgubre y serioso que tiene su punto a ratos. Aunque mire usted, por muy acostumbrada que esté la gente a la lluvia, quedarse hablando mientras te jarrea encima en vez de meterte en el coche es un poco de idiotas. Queda muy melancólico, muy norteño, muy post-industrial, muy fin-de-siglo y muy rollo ‘Seven’, pero la gente no es tan boba.
Y llegamos a la parte polémica, que es el final. Desde antes del estreno, AMC se había preocupado en anunciar que el final de su versión iba a ser diferente del de la danesa, para que quienes ya hubieran visto la original tuvieran un motivo para ver la norteamericana. Pero llegado el momento, ese final de la primera temporada, que ciertamente es diferente, fue un tipo de diferente que provocó grandes críticas. Y hasta ahí se puede contar. A pesar de todo, siempre se recomienda que uno vea las cosas por sí mismo, para hacerse sus propias opiniones.
Tras acabar el caso "danés" casi todos los rumores eran de que la serie se cancelaría ahí, pero se decidió darle una nueva oportunidad en una tercera temporada con un caso completamente nuevo y original, otra vez basado en desapariciones y asesinatos de chicas adolescentes. Las críticas mejoraron, aunque solamente fuera porque ya no había con qué compararla, pero aparte de las actuaciones de Joel Kinnaman y de la invitada Bex Taylor-Klaus, tampoco fue la cosa para tanto. Y cuando ya parecía que la serie estaba muerta y enterrada, llegó Netflix en 2013 anunciando un último epílogo de 6 episodios que por fin le dio un final digno a una serie que se resistía a estirar la pata.
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