The Chicago code

http://www.fox.com/chicagocode/
-Estreno: 7 de febrero de 2011, Fox.
-Drama, 42 minutos, 1 temporada, 13 episodios.
-No renovada.

-Shawn Ryan es uno de los productores y guionistas que más merece la pena seguir en Estados Unidos. Ha participado en proyectos de otros, como 'Angel', 'The unit' y 'Lie to me' ('Miénteme'), pero lo mejor que ha hecho ha sido 'The shield', una de las mejores series policiacas de siempre. Esta temporada sufrió dos descalabros consecutivos con dos series muy aplaudidas por la crítica, pero que no fueron renovadas. Una fue 'Terriers' y la otra fue esta 'Chicago code', donde, como ya hizo en 'The shield' con Los Ángeles, la ciudad donde ocurre la acción se convierte en una protagonista más. En este caso se trata de Chicago, que tiene la reputación de ser la ciudad de política más sucia del país, que ya es decir. Barack Obama se crió políticamente allí, y ha llegado a presidente en un santiamén, mientras que otros han acabado entre juicios y cárceles. Apodada "The city that works" (La ciudad que trabaja / La ciudad que funciona), en esta serie la vemos desde tres puntos de vista principalmente: el de un concejal negro que, como todos, ha llegado donde está a base de trapicheos que hasta ahora no se le han podido descubrir, el de la superintendente de policía de la ciudad (Jennifer Beals) que intenta cogerlo en renuncio, y el de una pareja de detectives machacas, veterano y novato, que son los que se patean las calles, interrogan a los sospechosos y pegan los tiros. La Beals tiene muy buena planta, y está espléndida a los 47 tacos, pero la veo un poco demasiado joven para haber llegado a jefa de policía de una ciudad tan grande y complicada. El episodio piloto ya dedica unos segundos a explicarnos que es una lumbrera dedicada y excepcional, pero resultaba mucho más creíble Glenn Close de capitana de comisaría en 'The shield', por ejemplo. Lo mejor de la serie seguramente es Jason Clarke, el poli veterano, que sale como debe ser un poli de Chicago: machote, despeinao, arremangao, con la corbata a la remanguillé, con apellido polaco mal pronunciado (Jarek Wysocki), y con familiares también policías por doquier.