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-Estreno: 8 de noviembre de 2015, Starz.
-Drama, 60 minutos, 1 temporada, 8 episodios.
-No renovada.
-Hay tipos de películas que tienden a parecerse entre sí, con elementos comunes que aparecen inevitablemente, y que el espectador casi espera que ocurran. Por ejemplo, las de submarinos, donde nunca falta una brecha en el casco, una escotilla cerrada y un ahogado dentro. Otra de esas podría ser las de bailarinas clásicas, que es de lo que trata esta serie. Adolescentes hiperdelgadas, estrictas coreógrafas rusas, directores divos, la fama cuesta y aquí vais a pagar con dolor, etc, todo eso está presente aquí. La trama sigue a Claire (Sarah Hays), una novata recién llegada a Nueva York desde Pittsburgh con sus ojos de corderito degollado, sus uñas del pie destrozadas por el entrenamiento y sus traumas de la infancia. Allí, el caprichoso y engreído director artístico de la ficticia American Ballet Company (interpretado por Ben Daniels, y seguramente lo mejor de la serie) se fija en ella tanto que hasta encarga hacer un espectáculo moderno nuevo a medida de la nueva sensación. Todo esto ocurre mientras su compañera de piso la mira con ojeriza por su rápido éxito, el millonetis francés que pone el dinero la invita a cenar y le compra "fuck-me shoes" de vertiginoso taconazo, y la veterana "prima ballerina" rusa anda paranoica ante la posibilidad de que la quieran jubilar. Por si fuera poco, llega en autobús un exmarine de ceño cabreado que mira fija, obsesiva e inquietantemente una foto de Claire. Y para acabar, se sabe que algunas de las bailarinas que de día usan barra horizontal en el estudio, de noche la usan vertical en clubes de striptease. Es aquí cuando hay que recordar que esta serie es de la cadena Starz, particularmente aficionada a los desnudos más o menos artísticos en sus series, desde 'Spartacus' a esta parte.
La creadora, Moira Walley-Beckett, ganó un Emmy por uno de los guiones de 'Breaking bad', y construye aquí una historia bastante sombría, sin sonrisas, en un mundo como el de la danza que en principio debería provocar disfrute estético, pero que aquí se trata como una fuente de conflictos, odios y sufrimiento casi continuo, donde no faltan las drogas, el sexo no siempre agradable y hasta la violencia más o menos explícita. Incluso los títulos de los episodios llevan todos ellos nombres de términos militares, como 'Carne de cañón', 'Desaparecido en combate' o 'Tierra arrasada'. Por su parte, los actores y actrices que interpretan a los bailarines son bailarines antes que actores, y eso se nota a veces a la hora de actuar sin música, pero la dirección y la fotografía saben sacar gran partido de las escenas coreografiadas, desde los meros calentamientos y vendajes de pies hasta los movimientos más complicados. Y aunque ahora se quiera vender como "miniserie", la verdad es que no fue renovada.
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