viernes, 26 de septiembre de 2014

Transparent

amazon.com/Pilot-HD/dp/B00I3MNF6S
-Estreno: 26 de septiembre de 2014, Amazon
-Dramedia, 28 minutos, 3 temporadas, 30 episodios.
-Renovada por otra temporada más.

-'Transparent' es otro de esos hallazgos que merecen llegar a cuanta más gente mejor, y que están alargando esta edad de oro de la televisión estadounidense. Eso si es que se le puede llamar aún "televisión", porque aquí estamos ante otro producto producido para (y disponible solamente de forma legal en) internet, en concreto en Amazon. La serie trata sobre un hombre de 68 años de edad que decide dar rienda suelta a algo que lleva queriendo hacer hace años, que es travestirse de mujer. Es, por lo tanto, y como dice el título en un juego de palabras, un "trans-parent", o sea, un padre travesti. Esta idea, que en otra época hubiera dado pie a comedias de enredo en las que Jack Lemmon y Tony Curtis intentan menear el trasero como Marilyn Monroe, aquí se trata en serio, con una gran sensibilidad, pero sin dejar de lado una sátira de la vida moderna, típica del cine independiente (de hecho, cada temporada se puede ver como una película de cinco horas, y es de las que anima a pasar rápidamente al siguiente episodio). Sin embargo, aunque la historia de Mort/Maura Pfefferman y la interpretación de Jeffrey Tambor son el punto de venta de la serie, la grandeza le llega por medio del resto de sus personajes, que están completamente individualizados y tienen sus propias neuras aparte. El principal problema que Mort/Maura tiene es comunicarle a sus tres hijos su decisión, y de nuevo, la tardanza en hacerlo no es para provocar equívocos de vodevil, sino porque hay toda una historia detrás en la familia. Los hijos, todos en la treintena, son en sí mismos dignos de protagonizar su propia serie, y a menudo tienen más tiempo en pantalla que su progenitor. Sarah (Amy Landecker) es un ama de casa a quien su marido tiene bien provista de casa y coche grandes, de forma que sus únicas ocupaciones son los críos y su colegio. Josh (Jay Duplass) es productor de músicos alternativos e independientes, empleo que usa también para ligar. Y Ali (Gaby Hoffmann) es la que de pequeña sacaba las mejores notas en el colegio, pero ahora de mayor anda perdida y sin rumbo. Durante los primeros episodios uno de estos tres hermanos se montará un trío, otro retomará una relación homosexual de su época universitaria y otro no sabrá si lo próximo que pase en su vida será un aborto o una boda. Como se ve, no se aburren precisamente. Según la creadora y productora, Jill Soloway, uno de los temas centrales de la trama es "¿me seguirías queriendo si yo hiciera esto?", y estos pocos ejemplos demuestran que los Pfefferman terminan esa pregunta de maneras bastante exigentes.

También, es una serie explícita sexualmente, pero no a base de iluminar cuerpazos a contraluz y en cámara lenta, sino de lavarse los dientes sin bragas junto a tu marido, tontear por la mañana en la cama con tu novia o mirarte al espejo completamente desnuda y decidir que necesitas ponerte en forma. O sea, trata el cuerpo como algo normal... pero que a veces es fuente de sinsabores. También abundan lo que José Luis Sampedro en 'La vieja sirena' llamaría gente "fronteriza" en lo sexual: chicas que parecen lesbianas y no lo son, y que luego se sienten atraídas por una transexual con barba de leñador y aún su vagina original. No busca el escándalo o lo bizarro en absoluto, pero sí que no tiene reparos en mostrar que la sexualidad es algo que puede ser muy fluido. A la vez, tiene un tono un tanto setentero, que se ve en los cuerpos poco cuidados de sus protagonistas, en residir en una California tardo-hippy, en la abundancia de música de piano o compositor que toca sus propias canciones con guitarra y poco más, e incluso en la fuente de letra elegida para los títulos de crédito. Y ya poniéndose metacrítico, hay quien señala que el hecho de que la serie trate de un hombre que quiere cambiar casi de identidad, también eso ilustra el cambio por el que está pasando la ficción serializada en Norteamérica, que va dejando de ser un tesoro propiedad de cuatro canales a ser algo que ahora pueden crear por sí mismas otras plataformas, como cadenas de pago, páginas de streaming por internet y pronto hasta fabricantes de videoconsolas como Sony o X-box. En suma, quizá con esta descripción haya quien decida que mejor pasa de ella, pero si se le concede una oportunidad se verá algo diferente de los polis, médicos y abogados del resto de la semana. La crítica la está poniendo por las nubes, y sale en casi todas las listas de lo mejor del año.

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