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-Estreno: 15 de noviembre de 2015, AMC.
-Drama, 42 minutos, 1 temporada, 6 episodios.
-Segunda temporada desde marzo de 2017.
-Si se quieren buenas escenas de artes marciales, aquí las hay. Si se quieren además buenas actuaciones, aquí no las hay. Si se quiere un diseño de producción chulo, cool y elegante, aquí lo hay. Si se quiere una trama interesante e innovadora, aquí no la hay. Ese podría ser el resumen rápido de esta nueva serie de AMC sobre un futuro alternativo y distópico donde hay samuráis en moto, poéticos campos de amapolas, coches de los años 30 y prohibición de usar armas de fuego, supongo que para que no nos pase como a Indiana Jones con aquel espadachín chulito al que abate de un tiro, dejándonos sin pelea. Estamos en un Estados Unidos diferente, dominado al estilo feudal por cinco clanes, liderados por barones que viven en mansiones a las que llaman "fuertes", que a su vez tienen a su servicio a unos "regentes", y que andan siempre a la búsqueda de chavales jóvenes a los que iniciar como luchadores bajo su bandera contra los demás. Los protagonistas principales son el barón Quinn (Marton Csokas, que era Celeborn, el esposo de Galadriel, en 'El Señor de los Anillos'), su esposa, su amante, su hijo, su regente y matón principal Sunny (Daniel Wu), una baronesa rival llamada la Viuda (Emily Beecham) y una joven promesa de las artes marciales llamado MK, interpretado por un actor de 16 años con el fabuloso nombre real de Aramis Knight. Este chaval en la serie es un personaje con algo especial en la mirada que se le enciende cuando se cabrea, y Sunny, el regente de Quinn, es una máquina de matar, serio, ceñudo y psicológicamente torturado por su propia violencia. Las escenas de acción, donde el uso de cables se ve a la legua, son puro circo, del tipo de un luchador solo contra varios círculos enteros de rivales que van cayendo uno a uno en medio de tajos, sangre a chorros, patadas, saltos imposibles y huesos rotos. Además, están ambientadas en lugares de gran dramatismo, como un claro del bosque, una fábrica abandonada o un callejón oscuro y lluvioso con varios ventanales de los que salir despedido en medio de cristales rotos. Desde luego, la gran atracción de la serie son estas escenas, pero claro, 42 minutos de eso no se puede hacer cada semana y hay que meter historia de relleno por el medio, cuyas complicaciones son poco menos que excusas para pasados unos minutos colocar a varios de los personajes en la próxima pantalla de lucha. Según se dice, el asunto está basado (como basan los norteamericanos las cosas, ya sabemos) en uno de los grandes clásicos de la literatura china del siglo XVI, llamado 'Viaje al oeste', y de hecho la serie, tras el episodio piloto llamado simplemente 'El fuerte', se pone juguetona con títulos de peli oriental de serie B como 'Dos tigres dominan dragones' o 'Mano de cinco venenos' pero el contenido literario original de viaje iniciático, descubrimiento personal e iluminación intelectual a base de cooperación entre varias personas queda bastante aguado en favor del trabajo a destajo de los especialistas de acción.
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