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-Estreno: 12 de octubre de 2015, The CW.
-Comedia, 40 minutos, 2 temporadas, 31 episodios.
-Tercera temporada en octubre de 2017.
-En principio, Showtime y The CW están en polos opuestos del planeta televisivo: la primera provee series de calidad, aunque un tanto repetitivas a veces tras la primera temporada, como 'Homeland', 'Dexter', 'Penny Dreadful' o 'Masters of sex', y la segunda es hogar de vampiros juveniles y nenas monas de menos de 35 (de edad, no necesariamente de cociente intelectual, como ha dicho un crítico hace poco). Pero eso no significa que de vez en cuando no puedan intercambiarse cromos, y con unos pocos retoques por aquí y por allá, lo que a una no le vale a la otra sí. Este es el caso de esta serie, que se creó originalmente como dramedia de media hora (otra de las especialidades de Showtime), pero ha acabado como serie estándar de 40 minutos a la que podríamos llamar más bien "comedramusical". La trama sigue a Rebecca Bunch, una abogada veinteañera que, descontenta con su estrés neoyorquino, decide mudarse en un arrebato romántico al pueblo de California donde diez años antes tuvo un rollo de verano con un chino-hispano llamado Josh Chan. De esta conocida percha argumental (joven bonita y soñadora persigue sus ideales laborales y románticos) se cuelgan otros ropajes conocidos como un segundo hombre en su vida (un camarero de bar), y, en lo que es verdaderamente el impulso principal de la serie, unos números musicales que merecen verse por sí mismos. Rachel Bloom, la creadora y protagonista de la serie, de 28 años de edad, había estado trabajando antes como guionista y secundaria a tiempo parcial en varias comedias, pero lo mejor de su currículum hasta entonces habían sido varios vídeos de canciones cómicas con títulos como 'Fóllame, Ray Bradbury', 'Si los dibujos de Disney fueran históricamente precisos' o 'Puedes tocarme las tetas', que pueden encontrarse por los intertubos interneteros. En la serie, el primer número, sobre la sonriente Rebecca lanzándose en pos de su sueño, es una adaptación con cierto afecto de los musicales de Broadway, con sus crescendos de orquesta, coreografías de baile y sentimientos exagerados, pero el mejor es el segundo, una parodia rhythm and blues a lo Beyoncé sobre lo prosaico que es ponerse mona para una cita, que es muy gracioso. Es muy posible que, a pesar de que Bloom está muy bien en el papel, haya gente que vea los episodios en plan blablablá rollorrollo vengavenga y solo preste atención cuando lleguen las canciones, ya que lo de la joven ingenua en un triángulo amoroso está muy visto ya.
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