martes, 24 de junio de 2014

Tyrant

www.fxnetworks.com/tyrant
-Estreno: 24 de junio de 2014, FX.
-Drama, 55 minutos, 3 temporadas, 32 episodios.
-Terminada.

-'Tyrant' es uno de esos proyectos cuya historia externa, contada con detalle por ejemplo en un artículo especial de 'The Hollywood Reporter' es casi más interesante (si no más) que la que se cuenta en la pantalla. La serie trata sobre la familia que gobierna un ficticio estado en Oriente Medio, llamado Abbudin, que se compone del tirano (de ahí el título) que llegó al poder a base de guerra y violencia, y de sus dos hijos. Uno de ellos, Bassam, molesto con la situación, se exilió voluntariamente a Estados Unidos hace 20 años, donde le llaman Barry (lo mismo que le llamaban a Barack Obama en su juventud) y donde trabaja de pediatra, casado con una rubia californiana y con dos hijos mestizos. El otro, Jamal, que se quedó en el país, ha acabado resultando un sociópata violento, peligroso y consentido, que viola mujeres y corta dedos a su antojo. Ahora el hijo de Jamal se va a casar, evento al que han conseguido entre todos invitar al hermano pródigo, que vuelve tras dos décadas fuera. Y durante las celebraciones, evidentemente, va a pasar algo gordo que cambiará las vidas de todos los implicados.

Los creadores de la serie son Howard Gordon y Gideon Raff, que son respectivamente el productor de 'Homeland' y el autor de la serie israelí original en la que se basó 'Homeland'. Con este proyecto querían hacer una especie de 'El Padrino' en Oriente Medio, idea que en principio tenía mucho potencial. Las cadenas HBO y FX pujaron de lo lindo por los derechos, que al final se quedó la segunda. Y ahí empezaron los problemas: primero ficharon como director a Ang Lee, recién ganado su Oscar por 'La vida de Pi', pero este luego se lo pensó mejor ante las posibles complicaciones y renunció. Luego, su sustituto, David Yates, director de los últimos 'Harry Potter', no convenció a Gordon, porque este quería algo más intimista y menos estilo pantalla grande. Luego, Raff acabó dejando el proyecto por diferencias de concepción (él quería algo más culebrónico, una especie de 'Dallas' musulmana, mientras que Gordon seguía empeñado en lo intimista). Además, la producción, que se iba a hacer en Marruecos, le venía grande a un país con una infraestructura cinematográfica demasiado pequeña para un proyecto así, con lo cual esta serie sobre islamistas violentos se ha acabado filmando, de todos los sitios posibles del mundo, en Israel. Y para acabar, ha sido muy criticado el hecho de que el actor principal, el que interpreta al hermano que vuelve, sea blanco, el británico Adam Rayner. Por mucho que luego resulte que la madre de su personaje sea una británica también blanca, el no haber encontrado un actor de ascendencia siquiera en parte árabe ha provocado las iras de los columnistas del ramo. Y por supuesto, no faltan quejas de grupos culturales árabes y/o musulmanes sobre los estereotipos y topicazos de varias escenas.

Y en fin, después de todo esto, ¿qué queda? Pues una serie con un concepto demasiado grande para la gran pantalla, y es que un país entero no cabe en una televisión, ni siquiera uno ficticio. La acción se concentra en un puñado de personajes que han de representar cada uno a todo el ejército, o a toda la prensa contestataria, o a todos los descontentos del país. Los personajes se reúnen a conspirar en sitios públicos, como una cafetería o un banco de un parque, donde nadie parece reconocerlos a pesar de que son la gente más importante de la nación. Al final, el destino de un pueblo entero queda resuelto entre cinco o seis personajes, sin que conozcamos gran cosa más de Abbudin, con algunas tramas casi rozando el culebrón. Entre los detalles que no acaban de quedar bien desde el inicio, por ejemplo, están la enervante pareja de hijos de Bassam, o lo poco enterada de las cosas del país de su marido que parece estar su esposa desde hace 19 años. También continúa la decepcionante manía de inventarse países ficticios, cosa que ocurre a menudo cuando la acción de muchas series o películas norteamericanas se mete en zonas violentas de África, Asia o Latinoamérica: supongo que quieren ahorrarse las críticas de los países auténticos, además de poder inventarse lo que quieran en cuanto a ambiente y personajes y recortar el tiempo dedicado a documentación, pero así acaba realzándose aún más el sentido de que todo esto que nos cuentan es falso, y además queda un tanto genérico, sin matices propios, lo cual puede resultar bastante insultante, como si todo el Oriente Medio o todos los países musulmanes fueran tan iguales que no se necesitasen detalles propios. De esta forma, acabamos teniendo una mezcla del Bashar Al-Assad sirio (educado en el extranjero, pero luego dictador abusón, como muchos otros) con los hijos malcriados del Saddam Hussein iraquí en medio de una primavera árabe egipcia. Un detalle más, sobre todo para quienes la vean en versión original, es el hecho de que esté rodada enteramente en inglés, incluso cuando hablan entre sí personajes de lengua materna árabe. Hoy en día muchas series estadounidenses no tienen ningún problema en hacer extensos diálogos en español o en ruso (o en dothraki o en valirio), subtitulados en inglés, así que esta decisión queda un tanto anticuada, la verdad.

Rayner, a quien ya nos referimos antes, resulta también un poco decepcionante. Si el objetivo es que fuera el Michael Corleone de la historia, entre atrapado, arrastrado y vuelto por su propia ambición a los sucios y violentos negocios familiares, no hay más que comparar a Rayner con Al Pacino para ver la diferencia: la actuación del primero es bastante monolítica, basándolo todo en una única expresión de mirada intensa y suspiro torturado a mitad de frase que vale para cualquier emoción, cuando su evolución interna debería ser lo principal de la trama. Por contra, Ashraf Barhom, nacido en Galilea, que ya hizo de fanático religioso (cristiano aquella vez) en 'Ágora', y que aquí interpreta a Jamal, convierte a su aborrecible personaje en lo mejor de la serie. De todas formas, aunque se han reseñado aquí muchos aspectos negativos de 'Tyrant', merece la pena echarle un vistazo y disfrutarla hasta donde se deje.

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