-Estreno: 6 de marzo de 2014, Fox.
-Comedia, 21 minutos, 1 temporada, 10 episodios.
-No renovada.
-En 2012, la Fox fichó a Charlie Sheen con un extraño contrato por el cual si su nueva telecomedia alcanzaba unos ciertos números de audiencia en sus 10 primeros episodios, quedaba automáticamente renovada por 90. No nueve, no (el tradicional encargo de "back nine" con el que se confirman las temporadas completas en muchas series norteamericanas tras los primeros tres meses), sino noventa. Dos años después, todavía están liados con ese encargo. Parece que no han escarmentado, y en esta serie fichan a George López con el mismo contrato, lo cual resulta particularmente esquizoide en una cadena con comedias como 'Louie', 'Legit' o 'It's always sunny in Philadelphia' que son diametralmente opuestas: en lugar de dar de comer al famoso en declive con productos adocenados para toda la familia (a pesar de los toquecillos de polémica), apuestan por cómicos de mala leche y guiones cuidados que basan sus series en humillarse a sí mismos antes que a nadie. López (que al igual que Jennifer o Mario, otros dos famosos americanos del mismo apellido, escribe el suyo sin tilde) es un cómico de cincuenta y pico años que ya ha hecho alguna otra serie y ha tenido un programa de entrevistas. Aquí interpreta a un mexicano-americano (que es como se los llama) que se ha hecho rico con una bebida energética y que se acaba de divorciar de su gringa güera. Por lo tanto, ahora le toca salir a ligar, ayudado por su tío y primo, interpretados nada menos que por Machete y Ángel Batista de 'Dexter', o sea, por Danny Trejo y David Zayas, lejos de los papeles que les han hecho famosos, y que sirven para sacar a escena todos los topicazos latinos posibles de borrachos, pendencieros, salidos y fans de la lucha libre (pero claro, como son latinos haciendo chistes sobre sí mismos, no es racista). La camiseta "Puro Pedo" que saca Trejo en el primer episodio lo dice todo. También hay por ahí un crío gafotas de once años, hijo de la pareja divorciada, y una clase de historia en un instituto nocturno que el protagonista da una vez a la semana en plan voluntario que ayuda a la comunidad, y que le sirve a la serie para reciclar alguno de los chistes que López hacía de su época de monologuista, sobre diferencias raciales y demás. Montada con risas enlatadas continuas, la crítica fusiló a la serie sin piedad, y se quedó en esos diez únicos episodios.
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