-Estreno: 24 de septiembre de 2013, ABC.
-Drama, 45 minutos, 3 temporadas, 66 episodios.
-Cuarta temporada desde septiembre de 2016.
-El cine de superhéroes tiene una pegada tal ahora mismo en las taquillas que ya hasta se permiten sacar series de televisión derivadas de ellas. Pero como sería demasiado caro hacer una serie semanal con los efectos necesarios para alguno de los héroes principales, en esta en concreto seguimos a los humanos que normalmente aparecen de mindundis en las sagas originales, seres debiluchos y sin poderes ni nada. La historia, que puede seguirse sin saber gran cosa de los cómics y películas anteriores, comienza a partir de lo que ocurrió en la película de 2012 'The Avengers', de la que solo hace falta saber que hubo algo llamado "la batalla de Nueva York" y que vivimos en un mundo donde no solo existen superhéroes, sino que la gente lo sabe públicamente. El grupo SHIELD es una unidad del gobierno, especie de cruce entre 'Expediente X' y 'NCIS', en el sentido de que están al loro de lo que pasa en su campo (noticias sobre gente con poderes) y cuando encuentran algo van a investigar dondequiera que ocurra, sobre todo para intentar evitar que esa gente con poderes los use para el mal. El grupo está dirigido por el agente Coulson (Clark Gregg), que se supone que en la película moría (lo cual no es mucho spoiler, porque esto se lleva comentando durante todo el rodaje y además te lo explican nada más aparecer el personaje en imagen). Junto a él están una piloto, un especialista en operaciones encubiertas, dos technofrikis chico y chica llamados Fitz y Simmons, y la nueva recluta, que es una groupie de los superhéroes, un tanto creidilla y que a la vez desconfía del gobierno.
Los casos en sí están rodados con destreza profesional, pero lo mejor de la serie, yo creo, es su nivel meta, es decir: esta serie sabe lo que es, a quién se dirige, y además de incluir en ella a personajes que son ya de por sí frikis de los superhéroes, se divierte comentando lugares comunes del género, como el complicado acrónimo SHIELD, el hecho de que Coulson aparezca de repente de un rincón oscuro, o el entusiasmo con el que los ratas de laboratorio hablan en jerga pseudocientífica que justifica cualquier nuevo invento espectacular. Porque ese es otro de los alicientes de la serie: coches que vuelan, programas capaces de reconstruir en 3-D una escena entera a partir de cachos de imágenes y/o sonido, robotitos alados que rastrean escenas del crimen ellos solos... Q, el de James Bond, no les llega a la suela de los zapatos, vaya. Por lo demás, los guiones suelen combinar como se hace siempre en el género el divertimento ligero, el diálogo graciosillo-bromista y las escenas de acción espectaculares con momentáneas reflexiones sobre el verdadero heroísmo, la superación personal, la responsabilidad común, el bien contra el mal, e incluso la vigilancia gubernamental sobre sus ciudadanos, que está muy de moda hoy.
Un problema que puede tener la serie, sin embargo, es que este es un producto con tres dueños (la cadena ABC, la productora Disney y la editorial Marvel), cada uno de los cuales puede querer tener ideas diferentes al respecto de lo que debe conseguir (o sea, la dominación a escala global del universo del entretenimiento masivo, mwahaha), pero para eso uno de los encargados del cotarro es Joss Whedon, ex de 'Buffy', 'Firefly' y de las propias películas del ramo. En el fondo, esta es una pieza más del universo Marvel, que si funciona pues bien, pero si no, se cancela la producción y nos centramos en los cómics y las pelis.
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