http://www.amctv.com/shows/low-winter-sun
-Estreno: 11 de agosto de
2013, AMC.
-Drama, 45 minutos, 1 temporada, 10 episodios.
-No renovada.
-Adaptación de una miniserie británica de dos episodios hecha originalmente
en 2006. La versión norteamericana trasplanta la historia de Londres a Detroit,
ciudad que ofreció a la productora buenas condiciones económicas para rodar,
pero que solo unas semanas más tarde se convirtió en la población más grande de
la historia estadounidense en declararse en bancarrota. Sus paisajes de ruina urbana
postindustrial, fábricas abandonadas con las tripas al aire y grandes edificios
de donde grupos de drogatas roban tuberías de cobre se convierten en un
personaje más de la serie. En la cochambrosa comisaría donde trabajan los
protagonistas principales las cosas no están mucho mejor: las paredes tienen
desconchones de pintura y manchas de humedad por todas partes que muestran a
las claras las reducciones de presupuesto. La historia en sí comienza sin
contemplaciones, con dos policías asesinando a un compañero suyo. Pero
obviamente, al deshacerse del cuerpo no todo funciona según lo previsto, y
pronto la desaparición del agente Brendan McCann provocará no solo una
investigación de Asuntos Internos, sino también ramificaciones inesperadas en
el submundo delictivo conectado con él, y grandes tensiones entre los
detectives que lo mataron, Frank Agnew y Joe Geddes, interpretados por los
actores británicos Mark Strong y Lennie James (Strong, de hecho, repite el
papel que hizo en la serie británica original). Es, pues, una serie sobre
corrupción policial y señores de la droga en el marco de una ciudad
estadounidense en pleno declive. ¿Es tan buena, entonces, como ‘The wire’? Pues
no, porque nada lo es, pero los ingredientes que usa se le parecen. Quizá la
mayor diferencia sea la falta de humor. ‘The wire’ era a menudo muy graciosa,
aunque se trataba del tipo de risa-por-no-llorar que se le quedaba a uno helada
en los labios unos segundos más tarde, y sin la cual uno no podría sobrevivir
en unas circunstancias tan áridas sin acabar por pegarse un tiro. Aquí, quizá
por la gravedad del suceso con el que se arranca, resulta todo muy serio, tenso
y ceñudo, con todo el foco puesto en la gravedad moral de lo que ocurre y en las
diversas ambigüedades éticas de cada cual: la primera escena incluso habla de
eso por boca del detective Geddes, dando una nueva vuelta de tuerca a eso tan
manido del blanco, el negro y el gris.
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